En estos tiempos que corren y desde que la pandemia mundial de coronavirus entró nuestras vidas, todo lo que sea a ver triunfar en taquilla una película resulta una noticia más que feliz. Especialmente gratificante es todo si encima se trata de una apuesta tan arriesgada y brillante como la de esa maravilla que Denis Villeneuve se ha sacado de la manga y que lleva por título Dune.
A día de hoy, a pesar de que todavía no se ha estrenado en muchos de los principales mercados del mundo (incluyendo Estados Unidos), Dune acumula ya cerca de 120 millones de dólares alrededor de todo el planeta. Con una vida comercial más que importante aún por delante, los 165 millones de dólares que costaba la cinta pronto se superarán con creces. Así, tiene toda la pinta de que era secuela del filme comenzar a su desarrollo muy pronto.
¿Qué nos cuenta Dune? Arrakis, el planeta del desierto, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides después de que el emperador ceda a la casa la explotación de las reservas de especia, una de las materias primas más valiosas de la galaxia y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida.
El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica (Rebecca Ferguson) y su hijo Paul Atreides (Timothée Chalamet) llegan a Dune con la esperanza de recuperar el renombre de su casa, pero pronto se verán envueltos en una trama de traiciones y engaños que los llevarán a cuestionar su confianza entre sus más allegados y a valorar a los lugareños de Dune, los Fremen, una estirpe de habitantes del desierto con una estrecha relación con la especia.