Nadie podía imaginar que el fenómeno iba a ser de tal calibre. Cuando Netflix se incorporó a su parrilla El juego del calamar, la intención no era otra que la de enriquecer un poco más su amplio catálogo con una serie coreana bastante atractiva, pero en la que no se habían depositado demasiadas esperanzas. De hecho la campaña promocional para su lanzamiento fue prácticamente nula. Sin embargo, en unas pocas semanas El juego del calamar se ha convertido en la serie de la que todo el mundo habla.
Es asombroso lo que ha sucedido. El fenómeno de la serie de Netflix nos ha arrollado a todos, hasta el punto de qué se ha convertido ya en la más vista de la historia de la plataforma con mucha diferencia. Si los Bridgerton arrasaba gracias a 82 millones de visualizaciones en su primer mes, El juego del calamar se lo ha llevado todo por delante 111 millones durante sus primeras cuatro semanas. Una cifra arrolladora para una serie que, lejos de perder fuelle, no hace más que sumar adeptos.
¿De qué va El juego del calamar? Cientos de jugadores con problemas económicos aceptan una extraña invitación para competir en juegos infantiles. Dentro les esperan un premio tentador y desafíos letales. Lo que parecen inocentes retos se convertirá en un juego por la supervivencia.