Nos lo veníamos saliendo desde hace meses. Desde su llegada a los hogares de nuestro país, Netflix se ha convertido en pieza fundamental de nuestras vidas. Nadie le tose en lo que a entretenimiento casero se refiere. Sin embargo, lo que fue un aterrizaje realmente económico, se está convirtiendo en algo cada vez más costoso.
La táctica de la compañía de streaming es clara y similar a la del resto de países del mundo: Empezar ofreciendo unos precios irrisorios por un servicio enormemente amplio y luego ir subiendo el coste poco a poco. En Netflix saben bien lo que tienen que hacer y últimamente le está tocado a los usuarios españoles “sufrir” esa forma de actuar.
El plan básico se mantendrá en 7,99 euros al mes, apostando por el mismo precio con el que llegó en 2015, pero ahí acaban las buenas noticias. Así, el plan estándar subirá un euro más su coste, pasando de 11,99 euros a 12,99 euros (llegó a España a 9,99 en 2015). Por su parte, tiene toda la pinta de que el plan premium tendrá una subida de otros dos euros, pasando de los 15,99 que costaba hasta ahora a 17,99 (llegó a 11,99). Poca broma.
La realidad es que Netflix sigue siendo la plataforma de streaming más usada en España con mucha diferencia. Una posición que la compañía quiere aprovechar. De hecho, este mismo 18 de octubre es cuando Netflix comunicará la nueva situación a los usuarios.