Nacía con la firme intención de dar el pistoletazo de salida a una nueva saga, pero tiene toda la pinta de que se va a quedar en la primera entrega. El reboot de Resident Evil prometía ofrecernos la adaptación del videojuego que siempre soñamos. Todos los ingredientes para tirar ser idóneos para un gran éxito, apostando por el terror que siempre le reclamamos las entregas protagonizadas por Milla Jovovich. Sin embargo, las cosas no salían como cabía esperar.
Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City resultaba una auténtica decepción a nivel creativo. De hecho, la crítica le daba la espalda de forma generalizada. Pero la puntilla ha llegado de la mano del público soberano. Con un par de semanas en los cines de la mayoría de países del mundo (incluyendo los de U.S.A) y un primer fin de semana en el resto de mercados, la película no alcanza ni los 15 millones de dólares a nivel mundial. Un auténtico desastre.
Teniendo en cuenta que Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City se dejaba 40 millones de dólares en la producción, y otros 20 en distribución y publicidad, ya podemos hablar de uno de los grandes batacazos en taquilla del año. Seguiremos esperando la adaptación de Resident Evil que nos merecemos.