Los que esperábamos que el regreso fuese el principio de una nueva y exitosa era, nos hemos quedado con tres palmos de narices. Después de muchos años de espera, la saga Matrix regresaba a los cines de todo el planeta con Matrix: Resurrections. La cinta de lana Wachowski recupera para los grandes protagonistas de las películas originales, pero el resultado creativo era más que decepcionante. Poco o nada portaba una nueva entrega demasiado errática la mayoría del tiempo.
Sin embargo, como llevamos apuntando desde hace días, el golpe de gracia a la saga Matrix llegaba desde la taquilla. La película se ha convertido en una auténtica ruina para Warner, con perdidas superiores a los 100 millones de dólares. Una cifra inasumible para cualquier compañía se ha provocado que se descarten todos los planes de futuro que pudiesen existir alrededor de Matrix.
Así las cosas, una de las sagas más exitosas de la historia del cine queda definitivamente enterrada con una cuarta película que, visto lo visto, nunca debió suceder. Lástima.