Su mirada es cine en estado puro. Con 91 años ya cumplidos, a nuestro adorado Clint Eastwood aún le queda cuerda para rato. La leyenda viva del cine volvía a ponerse delante de las cámaras con Cry Macho, una cinta que él mismo dirigía. En este caso, el bueno de Clint se lanzaba con una película que llevaba intentando hacer realidad desde hace casi tres décadas. Exactamente lo mismo que hizo con Sin Perdón.
Texas, 1978. Una ex estrella de rodeo y criador de caballos retirado (Eastwood) acepta un encargo de un antiguo jefe: traer a su hijo pequeño desde México de vuelta a casa para alejarlo de su madre alcohólica. En el viaje, ambos se embarcarán en una inesperada aventura.
Puede que no sea la mejor película de Clint Eastwood, pero una cinta floja del maestro es mejor que la de casi cualquier otro director. Así, su aterrizaje en el catálogo de HBO Max se convierte en cita obligada para cualquiera. El viejo Clint es muy grande.