Hay veces que es necesario tener un poco más de tacto. A lo largo de la historia del cine y la televisión nos encontramos con unos cuantos intérpretes cuya insumisión termino por resultarles bastante cara. Algo que experimentaba en propias carnes Tom Payne, el encargado de dar vida a Paul “Jesus” Rovia durante tres temporadas de The Walking Dead.
En un momento dado, los responsables de la serie tomaban la sorprendente decisión de acabar con Jesus. Un giro inesperado al tratarse de uno de los personajes más emblemáticos de los cómics de Robert Kirkman. Sin embargo, la razón de todo ello tenía su base en un “error” del actor, tal y como el propio Tom Payne ha señalado.
Hay que remontarse a la octava temporada para encontrar el momento que le costó el puesto de trabajo a Tom Payne. En una escena, Maggie y Daryl confirmaban su intención de acabar con Negan, el líder de los Salvadores. Cuando se lo contaban a Jesus, este parecía sumarse a los planes: “Sí, lo haremos”.
Sin embargo, al actor no le parecía bien. El propio Payne explicaba que era contrario a la frase y que no la dijo con el convencimiento que le exigían: “Me había pasado toda la temporada en plan no matar a Negan y contrario a la lucha contra la gente. Me negué a hacerlo. No dije la línea como ellos querían”. Así, los responsables de la serie no olvidaron el problema causado por el actor en la narrativa de los guiones, optando por matarle pocos episodios después.