Llegó sin hacer demasiado ruido, pero lo cierto es que los seriéfilos no dejan de hablar de ella. A pesar de no estar precedida del bombo habitual de este tipo de estrenos, Night Sky se plantaba en la parrilla de Prime Video hace días. Un reparto excepcional y una apuesta de lo más interesante por la ciencia-ficción se convertían en los atractivos argumentos de una serie que está centrando debates y debates entre los que se han entregado a sus bondades.
Franklin e Irene York son una pareja que hace años descubrió una cámara enterrada en su patio trasero que inexplicablemente conduce a un extraño planeta desierto. Así se presenta una historia que empieza de un modo realmente sugerente, apostando por la sensacional relación de sus protagonistas como epicentro, pero que adopta rumbos que han convertido a Night Sky segunda vez series que no pone a nadie de acuerdo. Amada y odiada a partes iguales.
Sissy Spacek y J.K. Simmons ponen su descomunal talento al servicio de la empresa. Y es que el mero hecho de ver a los dos intérpretes en plena acción compensa sobradamente la inversión de tiempo realizada como espectadores se los ocho episodios de Night Sky.