No están saliendo las cosas como se imaginaban en Universal. Desde que los dinosaurios volviesen a nuestras vidas con la genial Jurassic World (2015), la saga iniciada por Spielberg en aquel lejano 1993 ha ido de exitazo en exitazo. Así hasta llegar a estos días en los que Jurassic World: Dominion tenía que poner la guinda a todo. La película nacía con la firme intención de arrasar las taquillas de todo el planeta y argumentos no le faltaban para ello, con los regresos ilustres de Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum. Desgraciadamente, las cosas no han salido como se esperaba.
A día de hoy, después de tres fines de semana en las carteleras de todo el planeta, Jurassic World: Dominion, la película más grande de toda la saga, acumula 750 millones de dólares acumulados en todo el planeta. Nadie puede discutir su éxito, pero la vida es una cuestión de expectativas y la cinta ha estado muy por debajo de ellas en todos los sentidos.
Veníamos de que las anteriores entregas acumulasen 1.671 y 1.310 millones respectivamente. Jurassic World: Dominion tenía que batir ambas cifras. Sin embargo, con serias dificultades alcanzará los 900 millones. Una cantidad importante, pero demasiado pobre para lo que cabría esperar. La flojita propuesta creativa y la lejanía a la esencia de las películas jurásicas han penalizado demasiado a Dominion y eso el público no lo perdona.