Parece mentira que del seno de Disney pudiese salir una serie de animación tan oscura. En el año 1994, la compañía presentaba una de las ficciones televisivas más aclamadas de la década. Greg Weisman nos sumía el oscuro y mitológico mundo de Gárgolas. Nosotros, todavía niños, disfrutábamos de la serie sin ser remotamente conscientes del verdadero alcance de aquella obra maestra.
La serie presenta a un clan de criaturas guerreras conocidas como Gárgolas, que se vuelven de piedra durante el día. Dirigidos por su líder Goliath en el año 994 D.C., protegen el castillo Wyvern y a sus residentes humanos en la costa de Escocia hasta que una traición causa la masacre del clan y un hechizo mágico fuerza a los sobrevivientes a dormir en piedra hasta que el castillo se eleve por sobre las nubes. En 1994, un billonario llamado David Xanatos compra el castillo y lo traslada a su rascacielos de Nueva York, rompiendo el hechizo. Despertando en el Manhattan actual, las gárgolas se deben adaptar a este nuevo mundo y ellos deciden proteger a los ciudadanos de Nueva York. Ahora bien, debido a su aspecto, mucha gente los teme, prácticamente todos… excepto Elisa Maza, una joven policía que ayudará a las gárgolas a integrarse en esta nueva época.
Gárgolas era violenta y su argumento prescindía casi por completo de los tintes de comedia habituales en cualquier serie de la época. Era un auténtico drama que, durante 3 temporadas y 78 capítulos, hacía las delicias de un público que no dejaba de asombrarse ante la propuesta. Una serie que cambió muchas cosas y que hoy bien merece ser recordada con honores.