Decepción monumental la que nos hemos llevado. Allá por el año 2018, Tomb Raider resultaba una grata sorpresa. La cinta convertía en 274 millones los 94 invertidos, además de dejar muy buenas sensaciones en los paladares de los fans. Además, la película daba un interesante giro hacia el cine de aventuras, lo que resultaba vital de cara a dar luz verde a lo que apuntaba a ser una trilogía. Sin embargo, todo se ha ido al garete.
Metro Goldwyn Mayer ha perdido los derechos de Tomb Raider. Condición necesaria para su renovación era la de arrancar la secuela de la película de 2018 antes de mayo de este mismo año, algo que no ha sucedido. De esta forma, la compañía pierde sus derechos el favor de Square Enix, que los recupera.
La consecuencia principal de todo esto es que Alicia Vikander se ha bajado del proyecto. La actriz ganadora del Oscar se sacaba de la manga un trabajo sensacional que incluso nos hacía olvidar a la gran Angelina Jolie. Desgraciadamente, la intérprete no repetirá en la piel de Lara Croft, para desilusión de millones de fans. Una auténtica pena…