Cine en TV: “Los ojos sin rostro” de Georges Franju

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Martes 23 de abril – 17:35 – TCM Autor

Como hemos comentado en otras ocasiones, TCM Autor es un canal que ofrece grandes posibilidades a los cinéfilos. Desgraciadamente, solo es accesible a los abonados a Digital+ y otros operadores de cable. Y muchos no tenemos la suerte de encontrarnos entre ellos… No obstante, nos brinda la oportunidad de citar películas curiosas que ocupan un importante lugar en la historia del cine. Es el caso de Los ojos sin rostro de Georges Franju.

Este cineasta francés nació en 1912. Con la llegada de la Nouvelle Vague, Franju permaneció al margen y siguió desarrollando su estilo, por lo que ha pasado a la historia como una figura un tanto especial del cine francés de mitad de siglo. En 1960 llevaba a la pantalla la novela de Jean Redon, el cual además intervino en el guión. Los ojos sin rostro apareció en el cine casi al mismo tiempo que Al final de la escapada o Los 400 golpes. Pero el estilo de Franju poco tenía que ver con el de Godard o Truffaut.

Los ojos sin rostro era una película de género, entre terror e intriga con una ambientación y estética clásicas. Sin embargo, la temática abordada y ciertos elementos del guión terminaron por conquistar al público y con el paso de los años se ha convertido en una de esas películas que llamamos de culto.

La cinta se inicia con un siniestro suceso. Una mujer arroja un cadáver a un lago. Acto seguido, un eminente cirujano termina de dar una conferencia. Hombre altivo y de pocas palabras despierta cierta sospecha en el espectador. No vamos desencaminados. El doctor Genessier, que así se llama, está empeñado en revolucionar la cirugía plástica. Pero su objetivo no es el progreso o el bienestar de la humanidad…

Vista con perspectiva, Los ojos sin rostro es una cinta casi atemporal que ha ganado prestigio con el paso de las décadas. Una curiosa mezcla de géneros que toma referencias del clásico cine de terror y algunos elementos de la intriga para crear un relato siniestro y que aun puede poner los pelos de punta gracias a algunas escenas de gran fuerza visual sin olvidar su cierto carácter poético. Como en el caso de otras películas de culto, tal vez se haya mitificado en exceso, pero el hecho de que Almodóvar se inspirase en ella para La piel que habito, devolvió a la cinta de Franju a la actualidad.