Crítica de “Tormenta”, tv-movie de Antena 3

Antena 3, la cadena amiga, tenía “Tormenta” guardada en el cajón a la espera de encontrar un buen hueco para su programación. El jueves dio con él, aunque la audiencia no respaldó la decisión porque la cadena no consiguió tanto ‘share’ como esperaba. De hecho, el canal más visto fue la 1 de TVE, pero esto no es lo que nos ocupa ahora.

Daniel Calparsoro es el director y guionista de este telefilm. Su título, “Tormenta”, hace alusión al nombre del experimento en torno al que gira el argumento. Las influencias de Calparsoro las podemos encontrar en experimentos sociológicos reales (el de Zimbardo, por ejemplo, que se recoge muy bien en una película alemana: ¡punto para el primer comentario que me diga el título!) y en las masacres de los institutos norteamericanos. Con estas dos ideas en mente, Calparsoro ha diseñado una trama que, a priori, resulta muy interesante.

En un instituto de alguna parte de España se va a llevar a cabo un proyecto que presenta Bruselas. Se trata de dividir un grupo de alumnos en dos; los que mejores notas tienen y solo buscan un repaso previo a la selectividad son los superiores; los que, por el contrario, necesitan nota para presentarse a selectividad son los inferiores. Ambos grupos deben hacer una serie de exámenes y unas pruebas físicas obteniendo resultados que se suman con el propósito de tener un solo equipo ganador. La directora cree que es una buena oportunidad para estudiar el concepto de tolerancia y cómo afecta a los jóvenes de hoy en día, sobre todo teniendo en cuenta que la crisis, por ejemplo, hace que florezcan los grupos ultraderechistas.

La premisa no es mala, en especial porque gracias a los anuncios de “Tormenta” que Antena 3 ha pasado incansablemente sabemos que el experimento se tuerce y las cosas salen mal, salen tan mal que cuatro alumnos con la cara cubierta y armados hasta los dientes irrumpen durante un gran examen que congrega a muchísimos jóvenes. Buscan a la directora. Pero no nos adelantemos tanto, que esto quedó para el siguiente capítulo.

Crítica del primer capítulo de “TORMENTA” de Antena 3

Uno de los principales recursos que utilizan es el reclamo de las caras conocidas: Patricia Vico es un buen reclamo, pero también sirven  Patricia Montero, Adam Jezierski, Óscar Sinela, Ana Rujas, José Lamuño, Joel Bosqued, Nancy Yao, Albert Carbo, Elisabeht Sánchez, Fidel Betancurt, Megan Montaner, Natalia Rodríguez, Daniel Grao, Asier Etxeandía y Ana Gracia. Si veis la televisión a menudo, varios de estos nombres os tienen que sonar y, además, en series dentro de la misma cadena. Megan Montaner, por ejemplo, fue la protagonista de “El secreto de Puente Viejo”. Adam Jezierski se encargó de darle vida a Gorka en “Física o Química”. Podríamos hacer lo mismo con la mayoría de actores y darles un lugar para saber dónde más los hemos visto, pero si queréis investigar eso ya va por cuenta vuestra.

Otro reclamo es hablar de adolescentes. Es una atracción doble, ya que llama a los chicos jóvenes, que es el principal target de este telefilm, y también a los adultos, que quieren echar un vistazo a esas oscuras vidas a ver si los entienden mejor o si pueden verse reflejados de alguna manera.

Y el último reclamo es la promesa de una historia intrigante donde se disecciona la oscura psique de un adolescente preuniversitario. Esto es lo que no cumple y lo que hace que “Tormenta” se venga abajo. Los problemas con los equipos empiezan instantáneamente sin explicar un por qué ni un cómo, aunque se intuye superficialmente (el espectador no es tonto, aunque algunos realizadores se empeñen en pensarlo). Es algo que sucede de modo automático. Si Daniel Calparsoro se ha estudiado tantos experimentos psicológicos, debería reflejarlo de otra forma, debería dotar de realismo ya no solo al guión, sino a los personajes. Pero no lo hace. En “Tormenta” prima el morbo sobre cualquier otro aspecto. Apuesta por relaciones amorosas por los protagonistas y batallas con sangre continuas en vez de hacer un buen retrato psicológico con su desarrollo, sus causas, sus consecuencias, sus efectos, etc. que pueda impactar no solo por ser directo, sino por ser veraz o, como mínimo, verosímil.

“Tormenta” no es una mala idea. Se deja ver, pese a que, por un lado, las actuaciones aun chirrían, pero podemos perdonarlo porque son jóvenes y la dirección a veces se nota muy trémula, muy perdida, muy de dejarse llevar. Y, por el otro lado, el guión no es una clase de Psicología, tampoco se puede pretender eso. Está aderezado con algunas escenas realmente tensas (véase la escena de la chica maniatada, con los ojos vendados y caminando al filo de la piscina mientras su acosador la persigue a pocos metros), alguna frase interesante para ponerse de nick en el Messenger (me he sentido viejo al decir esto) y, por supuesto, imágenes sugerentes de los jóvenes y guapos protagonistas.

Aun falta por ver el desenlace de “Tormenta”, que afortunadamente concluirá con el segundo capítulo que se emitirá el próximo jueves. Ahí quizá le den un trato mejor al fenómeno de la intolerancia que surge cuando se forman grupos, pero no albergo muchas esperanzas al respecto.