Es increíble lo reconfortado que uno se siente al encontrarse con muestras de valentía cinematográfica tales como “La vida de Adéle”. En una industria con unas reglas del juego tan claras y rigurosas, obras como la que hoy centra nuestra atención suelen estar condenadas al fracaso. No es un sector para intrépidos. Estamos ante una cinta con escaso respeto al paradigma estructural, con abundancia de primeros planos, con una relación homosexual, con abundancia de sexo en pantalla y con un metraje de tres horas. No parece la descripción de una película que vaya a llenar salas. Parece incluso optimista hablar de “salas” en plural. Todos estos factores no lograron amedrentar al director y guionista tunecino Abdel Kechiche, que firma con “La vida de Adéle” una de las mejores películas del año. Si él no se asustó, nosotros tampoco deberíamos hacerlo. De lo contrario estaríamos dejando pasar ante nuestras narices la oportunidad de vivir una experiencia tan gratificante como desconocida hasta el momento.
Desde el primer minuto la cámara nos acerca al que va a ser nuestro cuerpo durante las tres horas que dura el viaje. Somos “Adéle”, una joven estudiante de instituto francesa que vive una existencia común y corriente, si es que ambos términos son aplicables para referirse a tan convulsa etapa de la vida. Lo que ocurre es que Kechiche decide afrontar un camino tan simple en apariencia con la firme decisión de no escatimar en dosis de realidad. De esta forma comienza nuestro viaje por “La vida de Adéle”, una historia donde la protagonista se enfrenta a una terrible villana llamada “vida”. Dudas, miedos, amor, desamor, soledad, alegría, sexo… osea que la vida a la que se enfrenta Adéle es la misma a la que todos nos hemos enfrentado. Mucho habrán oído hablar sobre lo explícito de las escenas de sexo de la cinta. Lo cierto es que poco se deja a la imaginación, pero “La vida de Adéle” no podía mostrar un sexo menos real. Sería una traición al propio espíritu de la película.
Existe un matiz interesante que funciona para lograr que la película se mueva con un contoneo más interesante y es que entre todas las dudas a las que Adéle se enfrenta, la de su identidad sexual le trae bastantes quebraderos de cabeza. Dato curioso, pero no muy trascendente. No es que Adéle se enamore de una mujer de pelo azul. Es simplemente que Adéle se enamora como a todos nos ha pasado. Sin ir más lejos, la interpretación de la actriz Adéle Exarchopoulos es para enamorar a cualquiera. Su compañera de reparto Léa Seydoux le da la réplica con toda la dignidad humanamente posible, ya que la joven Exarchopoulos nos hipnotiza con una actuación desbordantemente natural. Apúntese el nombre por difícil que les parezca.
“La vida de Adéle” es pura riqueza. Es rica en matices, en composición y en su puesta en escena. Cada detalle está minuciosamente cuidado y, sin embargo logra que todo parezca casual. No es poco mérito conseguir que un acto tan propiamente artificial como es desarrollar un película quede tan difuminado frente a semejante dosis de realidad. Abdel Kechiche es un auténtico valiente capaz de pintar el retrato de una vida con la osadía de no salirse nunca de las líneas de la realidad. Afortunadamente el jurado de Cannes y muchos de nosotros nos hemos encontrado en nuestro camino con “La vida de Adéle”, una parada imprescindible para cualquiera.
Pues pese a las críticas, recomendaciones e insistencias varias, me niego a ir a ver “La vida de Adèle” sencillamente porque me parece una fantasía pornográfica que nos quieren vender disfrazada de historia de amor profunda y trascendental. No me fío, como tampoco me fío de las reacciones de la gente en la sala de cine ante unas escenas sexuales tan explícitas… y lo siento pero es que me chirría mucho la supuesta necesidad de hacerlas tan realistas… ¿de verdad están justificadas estas escenas? Tiendo a pensar que obedecen más a la apetencia de un director hetero masculino que quiere despertar el morbo de un público hetero masculino…
Yo sí he visto la peli y algunas escenitas son PURA PORNOGRAFÍA, que no me vengan con gilipolleces de que están justificadas determinadas posturas que acaban siendo casi ridículas de puro explícitas. Me crispa mucho que en todas las críticas que leo (escritas por tíos heteros en el 90%) vayan de intelectuales y sensibles y digan que estas escenitas están totalmente justificadas por el guión y son necesarias para entender la evolución de los personajes. Y unas narices. No hace falta recrearse así en el sexo para presentar la atracción física o la pasión. Esto es puro morbo gratuito. Y no me creo que no las hayan visto con una sonrisita babosa en el cine.
Y conste que no estoy hablando en ningún momento de ocultar, enmascarar ni obviar las escenas de sexo, pero sí de no darles un tratamiento tan descaradamente pornográfico que, sigo pensando, obedecen a una clara intención de suscitar morbo y llenar las salas.
La prueba es la siguiente: en la peli Adele también se acuesta con un chico, y esa experiencia sexual también influye en su evolución y búsqueda de identidad. Bien, ¿entonces por qué en esta ocasión no hay escenas explícitas? Los que defendéis que las escenas de sexo lésbico están justificadas para entender al personaje, por favor respondedme por qué se obvian (o no se hacen tan evidentes) las escenas de sexo hetero.
Yo soy de las hetero que fueron a verla con su pareja, y la verdad es que tanto a mi como a mi novio nos decepcionó un poco. El cómic desprendía amor y una ternura que casi hace llorar, pero en la pelicula falta romanticismo y sí, las escenas de sexo a mi también me parecieron bastante hardcore, sin ningún sentimiento.
Además, un poco machista; mucha pechuga femenina y solo un pene…
Yo al ver la película me quedé con la impresión de que esas escenas tan explícitas desvirtúan o desprestigian aquello que considero importante o poseedor de cierta profundidad. Creo que “La vida de Adèle” convierte el sexo en pornografía. Algo que es digno se banaliza y se convierte en mierda. Es indignante que el sexo lésbico haya quedado sólo en puro voyerismo y morbo despreciable de la mano de un director heterosexual sin ningún pudor.
siento mucho herir susceptibilidades…perooo… es una pelicula malisima. SIN ARGUMENTO, SIN UN SCRIPT DECENTE, SIN GUION ADECUADO…Y CON TOMAS MUUY ABURRIDAS DE LA PROTA DURMIENDO. Sin hablar que el paso del tiempo no estaba plasmado en la chica, ERA LA MISMA ADOLESCENTE desde el comienzo al fin. La escena de sexo muy larga, y no representa para nada una relación lesbica, sino que es más el caso de que un director heterosexual se ha puesto a filmar la fantasía de los hombres sin ton, ni son. Asi q para ver sexo real sin argumento ni tomas interesantes,….me veo una porno y listo. VAYA BASURA.
Yo me pregunto, y os pregunto: en una gran historia de amor clásica como por ejemplo, pongamos por caso “Los puentes de Madison” o “Casablanca”, ¿habría “necesidad” de mostrar una escena de 10 minutos con Ingrid Bergman a cuatro patas y Humphrey Bogart jadeante encima para “entender” su pasión y su amor? No, ¿verdad? ¿A que no sería necesario ni estaría justificado y nos indignaríamos si nos obligaran a creer lo contrario? ¿Entonces por qué en esta película es así?
La película no me ha enseñado nada; sólo sexo. Las escenas de sexo son largúísimas, demasiado explícitas y no aportan nada, salvo dejar claro que entre ellas la carnalidad les une mucho (¿cuantos orgasmos son necesarios para hacernos entender que se desean y se aman?); pero no es necesario tantos minutos que rozan lo porno, rozan pero no es porno, que quede claro. He leído por ahí a críticos consagrados decir que no, que son preciosas, que son las mejores escenas de cama que se han rodado, blablabla. Indignante. Son pornografía pura y dura y creo que no hay necesidad de que cada una dure 15 minutos porque acaba siendo incómodo. A veces lo sugerido es mucho mas intenso que lo mostrado y me parece que Kechiche se recrea en exceso con la morbidez de sus protagonistas retozando… El monotema de la película era la obsesión de la protagonista por su pareja. Nada más. Por la buena puntuación me había esperado una película con más fondo, más argumentos, no este monotema sexual. Provocación y nada nuevo. Supongo que éxito asegurado, mucho ruido, nada de nueces, insulsez (reconozcamos que la protagonista es una chica aburrida y de lo más vulgar), pero eso sí provocación y sexo, que es lo único que entienden los culturetas modernos… Qué pena.
Creo que estas escenas causan tanta indignación porque en ellas el director está lejos de ser ingenuo o esteta al haberlas rodado, sino morboso. Ni las lesbianas practicamos tan frecuentemente las tijeras (de hecho es una postura poco común y que está más presente en las fantasías heteros que en nuestras prácticas reales) ni desde luego tampoco follamos así la primera vez, como dos actrices porno que ya lo supieran hacer todo. No seamos inocentes, por favor: nuestra indignación radica en el hecho de que la mirada de este director es bastante hipócrita, porque nos quiere vender unas escenas sexuales supuestamente filmadas con realismo, belleza y sensibilidad cuando lo que vemos es pura recreación pornográfica con fines comerciales. El sexo lésbico vende, y eso el director lo sabía y por eso lo ha explotado, por eso todas las justificaciones de estas escenas nos parecen cuentos y engaños bastante perversos. De ahí nuestra indignación. Aunque quizá es difícil de comprender por el colectivo ajeno a las lesbianas… es como si hubieran cogido algo importante o valioso para nosotras y lo hubieran pervertido y convertido en algo barato y ofensivo, algo que sirviera para que el público se excitara y se regodeara vulgarmente. Nuestra indignación viene de que se haya manipulado y ninguneado el sexo lésbico por parte de un director heterosexual, y en esto tengo que darle la razón a la autora del cómic: ¿tanto habría costado contar con la opinión de alguna lesbiana durante el rodaje?
No habeis entendido la película ni al director. El director para empezar solo con los planos de camara ya te quiere hacer entender que tu vas a ser adele. Igual que vas a ver como se come los espaghettis como si no hubiera mañana, vas a ver su escena de sexo, porque el publico es adele. Y segundo, lo que quiere hacer ver con esas escenas es el increible feeling y deseo que existe entre ellas desde un primer momento, para la chica que ha comentado antes que en la primera vez nunca lo haces asi, igual un dia te encuentras a alguien con el/la que tengas el mismo feeling y entiendes mejor la pelicula. Despues de ver esas escenas y ver el deseo, amor y pasion que existe entre ellas, el desengaño que se produce entre ellas es mucho mas doloroso. Imaginate la pelicula sin esas escenas tan intensas, no entenderias como se siente adele cuando emma la echa de casa ni entenderias el sentimiento que hay entre ellas.
De hecho, adele se va con el chico despues de que en una escena le diga a emma que le desea y ella le contesta que tiene la regla como huyendo de la situacion. En mi opinion las escenas estan totalmente justificadas si quieres entender la pelicula y si no estuviesen no sentirias tan intimamente las emociones de los personajes.
siempre nos sentimos discriminados los gays.. y por lo que veo no paran de discriminar la autor que es heterosexual.. coinsido con el comentario de arriba es exactamente lo que pasa
Pues sinceramente, para que se hagan películas lésbicas como ésta prefiero que no se haga ninguna… Mucho decir que visibilizan y normalizan pero parece que nadie ve que en realidad estamos en lo de siempre: las relaciones entre mujeres se convierten en objetos de morbo masculino y en escenitas degradantes de tetas y coños antes que en cualquier otra cosa, y eso es más un retroceso que un avance. Las propias lesbianas somos tan críticas con esta película precisamente porque nos vemos reducidas a una fantasía absurda de un hombre heterosexual, posturas ridículas y una actitud como de “vosotras tocaos hasta la extenuación que yo filmo”. Teniendo una historia tan maravillosa como la que tenía, con un temazo a desarrollar, un punto de partida estupendo en la obra original para trabajarlo y unas actrices entregadas y convincentes para darle vida, Kechiche ha malgastado sus 180 minutos de película en tijeras cunnilingus. A “La Vida de Adèle” le falta verdad y le sobran erecciones. En su cómic, Julie Maroh quiere dar visibilidad a las dificultades con las que se encuentra un adolescente durante el proceso de aceptación de su diversidad sexual, además de presentar una historia de amor excelente, bien cuidada, respetuosa, estética. Pero la prioridad de Abdellatif Kechiche ha sido ejercer de dictador. Él quería sostener la lupa como un voyeur dándose el lujo de exigir todas sus fantasías desde el lugar más privilegiado. No nos extrañe pues que Maroh haya denominado a esta película “pornografía para mentes masculinas”.
Y conste que en ningún momento se discute sobre no mostrar sexo en la película, de hecho es necesario y está justificado que se muestre, pero no ASÍ. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado, como por ejemplo sucede en el cómic. El problema es cuando se ha decidido mostrar una escena sexual larguísima con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica. Podía haber sido una escena de sexo rodada con respeto, buen gusto, erotismo y sensibilidad y no quedarse en el puro morbo de un director tiránico que parece regodearse en las tijeras y el cunnilingus mientras filma para después querer tomar al espectador por tonto, hacerse el ingenuo y pretender venderlo como otra cosa. Eso es lo indignante. Más que una relación sincera y realista entre dos mujeres parece una fantasía pornográfica bastante tópica (e incluso ridícula por determinadas posturas) de un hombre heterosexual y obsesivo.
Por ejemplo, una película como Nymphomaniac es bastante más honesta que ésta en cuanto a propósitos y objetivos, ya que no miente al presentarse a sí misma: “FORGET LOVE” es su frase de presentación y en ningún momento reniega de sus escenas pornográficas o de sexo explícito. Pero Kechiche hace todo lo contrario, muy hipócritamente: rueda escenas claramente pornográficas y de bastante mal gusto y nos las quiere hacer tragar no sólo como necesarias sino como demostración de la pasión más auténtica. Pues por eso yo no paso, lo siento mucho, no quiero que se me tome por idiota. Lo que ha rodado este hombre es porno, se ha recreado en él y en las actrices y ha querido hacerlo así para llenar más salas, crear más audiencia y alimentar más morbo (sobre todo el masculino).
Si habéis leído el cómic (que os recomiendo para que veais por vosotras mismas la diferencia), comprobaréis que las escenas de sexo no tienen nada que ver. Son explícitas, sí, pero no se recrean injustificadamente ni ofrecen morbo gratuito no resultan tópicas o insultantes. Son naturales, sugerentes y estéticas. En la película no veo más que tetas bamboleantes y posturas ridículas propias de un vídeo de Youporn.
http://www.rookeryfarm.com/airmax/Nike-roshe-run-kopen-Rood.html Nike roshe run kopen Rood
Speedy delivery!! smooth transaction!! Great seller
replica givenchy handbags uk online http://www.phxscottsdalenow.net/givenchyuk.html
http://www.kit2fit.com/trainers/Nike-air-90-Max.html Nike air 90 Max
http://www.biomedicalediting.com/outlet/Nike-outlet-Legends.html Nike outlet Legends