Crítica: “Pacific Rim”

Hace unos meses Steven Spielberg abría un interesante debate sobre el futuro del cine y de las salas de proyección. Si por algo se ha caracterizado el director americano a lo largo de su carrera es por haber sido capaz de prever los cambios que se iban produciendo en la industria con la suficiente antelación como para adaptarse y sobrevivir, y el mensaje que mandaba no podía ser más preocupante. En palabras del propio Spielberg “cuando unas seis películas con presupuestos superiores a los 200 millones de dólares se conviertan en fracasos de taquilla, se producirá una implosión en el sistema actual de la industria, lo que provocará un cambio en los precios de las entradas y en el tiempo que aguantarían en cartel. Así las cosas, las cintas permanecerían más tiempo en cartelera para recuperar la inversión y los precios de las entradas serían mayores. De este modo, nos enfrentaríamos al final de las pequeñas producciones y del cine de autor.” Un futuro poco alentador para los buenos cinéfilos. En este contexto llega a las carteleras de todo el mundo “Pacific Rim”, una suprerproducción de más de 200 millones de dólares que, de momento está lejos de ser el éxito esperado. ¿Tendrá razón Speilberg?

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Tras salir de la proyección de la nueva película del magnífico director Guillermo del Toro lo primero que siente uno es alivio. Alivio por saber que, de cumplirse las peores previsiones del “Rey Midas” de Hollywood, el cine está a salvo en manos de hombres como el director mejicano. No vamos a iniciar ahora una defensa encarnizada de “Pacific Rim”. La cinta está lejos de ser una gran película lastrada por un guión simple y previsible en exceso, pero sería de necios no ver sus bondades. Hace poco más de un mes Warner Bros. presentaba la nueva versión de “Superman” con la película “El hombre de acero”, conquistando con éxito las taquillas de todo el mundo. Ahora nos traen “Pacific Rim”, que no parece que vaya a ser un negocio redondo, pero ahí la culpa es nuestra. Por alguna razón decidimos acudir masivamente a las salas en las que se proyecta “El hombre de acero”, cinta notablemente inferior en calidad a la obra que hoy analizamos.

PACIFIC RIM
Es probable que “Pacific Rim” no sea muy superior argumentalmente a “El hombre de Acero”. Puede que incluso interpretativamente no vaya más allá. Pero lejos de estas cuestiones, todo funciona de manera agradable en la obra de Del Toro. Aquí empezamos a responder a Spielberg. “Pacific Rim” esta cargada de acción y de efectos visuales. Las luchas entre los gigantescos robots creados por la humanidad (Jaegers) y los descomunales monstruos que surgen de las profundidades del mar (Kaiju) para amenazar la existencia misma del hombre resultan impresionantes y salvajes. Pero debajo de todos esos abrumadores elementos estéticos hay algo más. No encontramos solo acción descerebrada. También hay alma. El alma de un realizador que ama al cine por encima de todas las cosas. El alma de un niño grande que rueda igual que sueña. “Pacific Rim” es una de esas películas de más de 200 millones de dólares. Es un producto claramente veraniego y una superproducción de proporciones épicas, pero muy superior al resto de filmes que nos encontramos en las carteleras durante el periodo estival. Pese a que los momentos trepidantes son muchos, están siempre gestionados con habilidad para mantener el pulso narrativo y no llegar a empachar al espectador. Asi las cosas podríamos decir que estamos ante un filme más cercano a “Star Trek”, que a “El hombre de acero”

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En campo interpretativo hay poco que reprochar al siempre correcto Idris Elba o a Rinko Kikuchi, que sigue demostrandonos película a película que es una grandísima actriz. No podemos decir lo mismo del insulso protagonista Charlie Hunnam, con una constante expresión de “buenismo” propia de los intérpretes surgidos de la factoría Disney. Hemos visto “Sons of Anarchy”. Sabemos que puede hacerlo muchísimo mejor.

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Permítanme la insolencia de recomendarles unos instantes de reflexión frente a la cartelera de su cine habitual. Mediten. Todos tenemos una responsabilidad con gente como Guillermo del Toro. “Pacific Rim” es enorme en todos los sentidos, pero si la catastrofe de la que Spielberg habla nos acecha, esto es una de las “superproducciones de autor” a las que tenemos que agarrarnos. Ofrezcan su confianza a gente que quiere tanto al cine como ustedes y yo. Si esto se viene abajao y hemos de caer, que sea luchando junto a los nuestros.