¿Cuál es la mejor película de Clint Eastwood?

Actor, director, compositor… Hace ya mucho tiempo que el aquí firmante le juró amor eterno a uno de los tipo con más talento que han pasado por este universo tan magnífico llamado “cine”. No hace falta ninguna excusa para dedicarle unas líneas al maestro Eastwood. Tampoco es necesario entretenerse en presentaciones. Más de 50 años de carrera dan para mucho, pero hoy queremos lanzar una pregunta casi imposible de responder. Conscientes de la dificultad, dejamos en sus manos la elección y les proporcionamos algunas opciones. ¿Cuál es la mejor película de Clint Eastwood?

El bueno, el feo y el malo: Tres cazadores de recompensas en busca de un tesoro. Colaboradores en apariencia. Pistoleros de corazón. Eastwood protagoniza este legendario Spaghetti Western bajo las ordenes de Sergio Leone en la cumbre del cine alcanzada por el tándem después de las magníficas “La muerte tenía un precio” y “Por un puñado de dolares”. ¿Quién no cae seducido frente a esos primerísimos primeros planos de miradas en los duelos?

Harry el sucio: Harry Callahan es un duro policía de San Francisco. Sus métodos son poco ortodoxos, pero sin él no habría ley. Eastwood en uno de sus papeles más famosos. Bajo las ordenes de Don Siegel (con el que colaboró en varios filme y gran influencia en su etapa de director) inician una saga de la que “Harry el sucio” es su obra principal. Una buena opción si te ha alegrado el día varias veces.

Fuga de Alcatraz: Frank Lee Morris es el preso más espabilado de la Alcatraz de los años sesenta. Nadie ha logrado nunca escapar de la famosa cárcel, pero Eastwood es harina de otro costal. Nuevamente dirige Don Siegel en esta obra maestra narrativa. Uno de los mejores dramas carcelarios de la historia del cine, aunque a Eastwood no se le ocurriese poner un póster delante de su túnel de huida.

El jinete pálido: Un grupo de colonos se establece en California en busca de oro. Lahood, el propietario de las explotaciones mineras iniciará un acoso contra ellos en una lucha desigual hasta que llega un misterioso predicador que se coloca del lado de los colonos. Un antes y un después en el mundo del western. Clasicismo y elegancia en la dirección de Eastwood. Posiblemente el origen del llamado “western crepuscular”. ¿Quién no lo recuerda?: “Contemplé un caballo blanco y el nombre del jinete era la muerte”

Sin perdón: William Munny (Eastwood) es un pistolero retirado que se ve obligado a aceptar un último trabajo por problemas económicos. Junto a su viejo socio Ned (Morgan Freeman) y al joven “Schofield Kid” tendrán que matar a dos hombres que cortaron la cara a una prostituta. Obra cumbre del género western y punto álgido de la carrera de la carrera de Eastwood. Oscar a la mejor película y al mejor director. La esencia del cine llevada a los austeros parajes del western. Romanticismo del género. Esencia del cine. Clase, elegancia y grandísimas interpretaciones. La recomendación del aquí firmante.

Los puentes de Madison: Francesca Johnson (Meryl Streep) lleva una rutinaria vida con su familia en una granja de Iowa, pero su pequeño universo se ve patas arriba cuando conoce al veterano fotógrafo Robert Kincaid (Eastwood). Un amor como pocos se han visto surge entre ambos, dando como resultado un romance a la altura de los clásicos. Eastwood (de nuevo delante y detrás de las cámaras) demuestra una sensibilidad que pocos podrían pensar, construyendo una magnífica cinta y regalando, bajo la lluvia una de las mejores secuencias que estos ojos recuerdan.

Mystic River: La tragedia siempre ha tenido por costumbre rodear las vidas de Jimmy (Sean Penn), Dave (Tim Robbins) y Sean (Kevin Bacon), tres niños criados en un barrio obrero de Boston. El secuestro y violación del joven Dave marcará sus vidas para siempre. Veinticinco años más tarde, el asesinato de la hija de Jimmy vuelve a unirlos a los tres de forma trágica. Eastwood adapta la afamada novela de Dennis Lehane dando como resultado uno de los mejores filmes que se recuerdan. Sombría e hipnótica. Dulce y amarga. Otra lección del maestro.

Million Dollar Baby: Frankie Dunn (Eastwood) es un viejo entrenador de púgiles que regenta un gimnasio junto a Scrap (Morgan Freeman), un ex-boxeador y su único amigo. Cuando su vida parece haber visto pasar los mejores días, irrumpe en su gimnasio Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una chica todo voluntad, empeñada en llegar a lo más alto del boxeo. La determinación de la joven hará que Frankie comience a creer en ella, iniciando un viaje al fondo del corazón del viejo entrenador. Faltan palabras para definir lo que Eastwood logra con este filme. Triste y austera historia que otorgó a Eastwood una nueva estatuilla al Mejor Director y otra a la Mejor Película.

Para refrescarles la memoria, El sargento de hierro, El seductor, La muerte tenía un precio, Por un puñado de dolares, Bird, Un mundo perfecto, Cartas desde Iwo Jima… Lo que sobran son películas. Lo que le sobra es talento.