Dos emblemáticos personajes de “Jurassic Park” que morían en la novela, pero no en la película

Esto de las adaptaciones cinematográficas es lo que tiene. El proceso de convertir un libro en película suele llevarse por delante una importante cantidad de sucesos, pero también ofrece otros nuevos y distintos. Es pensar en el doctor Grant y compañía y a todos se nos dispara la nostalgia con aquella maravilla que Steven Spielberg se sacó de la manga allá por 1993 y que llevaba por título Jurassic Park. La cinta adaptaba la sensacional novela de Michael Crichton y, como no podía ser de otra forma, tenía sus notables diferencias con la obra. Especialmente llamativos son dos pasajes. Concretamente, la muerte de dos emblemáticos personajes que sobreviven en el filme.

Como todos recordaremos, el doctor Ian Malcolm (Jeff Goldblum) era uno de los principales protagonistas de la cinta de Steven Spielberg. El personaje sufría un encontronazo con el T-Rex de lo más violento, cuando el animal atrapaba a Malcolm con sus mandíbulas y lo lanzaba por los aires. Ian resultaba herido de gravedad y era trasladado a una camilla del área de enfermería. Las graves heridas sufridas no eran impedimento para que el hombre pudiese abandonar la isla Nublar vivito y coleando, pero en el libro no tenía tanta suerte. Crichton decidía que las heridas iban acabando con su vida al mismo tiempo que subía las dosis de morfina. Finalmente, los supervivientes huían, dejando atrás el cadáver de Malcolm.

El problema es que a Steven Spielberg le había parecido que tenía un personaje sensacional entre manos. De ahí que optase por mantenerle con vida de cara a protagonizar El Mundo Perdido. Para salvar los muebles en la secuela literaria, Crichton se escudaba en que nunca se había visto realmente morir a Ian Malcolm, apostando porque el hombre fue rescatado con vida.

Algo parecido ocurriría con John Hammond (Richard Attenborough). El millonario creador del parque de dinosaurios es presentado en el filme como un amable abuelito, pero el libro nos muestra a un capullo ambicioso que acaba muriendo a causa de las mordeduras tóxicas de los pequeños Comsognathus.