“Los últimos días” ya está en cines desde el día de ayer. El apocalipsis ha llegado a Barcelona para reactivar en el escéptico público español la confianza en que nuestro cine puede ofrecer también una película de aquellas que tanto gustan en Estados Unidos. Una aventura posapocalíptica que recuerda a aquel cine norteamericano de género catastrófico de los años 70, reavivado en los últimos años con la moda zombie. De esta forma, “Los últimos días” puede considerarse como la primera producción apocalíptica en España, para llevar este mundo de caos y desgobierno a un escenario tan nuestro como la Barcelona contemporánea. Una película que apuesta por el espectáculo y el entretenimiento (algo por lo que no apuesta mucho el cine español, lamentablemente), con una cuidadísima ambientación en un gran esfuerzo de inventiva ante el escueto presupuesto con que los directores partían.
Dirigida por Álex y David Pastor (“Infectados”, 2009) y protagonizada por Quim Gutiérrez y José Coronado, la película nos introduce en un futuro donde un brote de agorafobia que ataca a nivel mundial ha aislado a toda la especie humana. Marc (Quim Gutiérrez), un oficinista joven y gris, emprende una odisea para llegar hasta su novia, Julia, que se encuentra al otro lado de la ciudad.
“Los últimos días” es una historia de la soledad humana. De la reclusión en un mismo y del desconcierto más absoluto. Todo ello enmarcado en un escenario y en unos decorados apocalípticos, para regocijo de quienes no gusten del cine más trascendental y humano (tan típico nuestro) y disfruten con la fantasía que tanto nos recuerda a la “Soy Leyenda” (2007) de Will Smith. Pero esta película parece tener mucho más de trascendental que de acción, y la comparación más lógica resulta la de “A Ciegas” (Fernando Merielles, 2008, en adaptación a “Ensayo Sobre la Ceguera”, de José Saramago) y “El Ángel Exterminador” de Buñuel (1962), donde extrañas enfermedades pervierten todo el sentido humano en un desarrollo prácticamente surrealista. “Los últimos días” es un film de espacios inquietantes y escenas densas y turbadoras. Un miedo a algo que no se sabe muy bien qué es, pero que ataca de manera fulminante. Algo que recuerda a la también surrealista “El Incidente”, de M. Night Shyamalan (2008).
Sentados estos paralelismos, donde se nota que los directores han bebido de numerosas fuentes para conformar la película, sólo falta ir a verla. Por el esfuerzo y por las ganas de hacer algo diferente en nuestro cine, merece la pena. Dejamos aquí el último tráiler publicado, por si alguien queda por saber qué y cómo cuenta “Los últimos días” su particular apocalípsis barcelonés.