10. Rebecca: “Anoche soñé que volvía a Manderley”, decía Joan Fontaine en el arranque de la sensacional cinta de Alfred Hitchcock. El maestro del suspense (y de todo lo demás) firmaba una de sus obras más redondas y nos ofrecía la terrible lucha de los protagonistas contra un pasado que jamás deja de perseguirnos.
9. Atame: La frescura de cada plano filmado por ese monstruo patrio llamado Pedro Almodóvar encontraba uno de sus mejores exponentes en la película de Antonio Banderas y Victoria Abril. Hermosa y pura historia de amor que termina al ritmo del Duo Dinámico y su “Resistiré” en un momento que sigue emocionándonos.
8. El Señor de los Anillos. El retorno del Rey: Si te dejas seducir por el universo de J.R.R. Tolkien, estás perdido. Si eres capaz de distinguir orcos de trasgos y Rohan de Gondor es que estás empezando a caer en el hechizo. La locura del fenómeno fan se dispara en la épica carga de los Rohirrim ante los muros de Minas Tirith en un desesperado intento por salvar la libertad.
7. E.T.: Pasarán décadas y todavía se nos pondrá un nudo en la garganta en el momento de despedirnos de nuestro queridísimo E.T. El improbable amigo que se gana nuestro corazón quedará para siempre en nuestras memorias por su vuelo frente a la luna, pero su “estaré aquí mismo” el lo que nos ablanda definitivamente.
6. Toro Salvaje: Difícil entender el cine si la incidencia de Martin Scorsese. De entre sus innumerables obras maestras, un servidor se queda con la triste historia de Jake la Motta. De hecho el momento concreto son unos títulos de crédito que ya “amenazan” con que lo que se nos viene encima es una auténtica maravilla.
(Parte I)